jueves, 20 de noviembre de 2014

LA PARTICIPACIÓN REQUIERE UNA MIRADA CRÍTICA

TIEMPO ARGENTINO - 16 de Noviembre de 2014

ENTREVISTA A LUCIANO FEDOSI, DOCTOR Y MASTER EN SOCIOLOGÍA
Uno de los principales promotores del Presupuesto Participativo de Porto Alegre habla de su reconocida experiencia en Brasil y la integración regional.

El sociólogo Luciano Fedosi visitó Buenos Aires para dar una charla, invitado por el Programa de Planificación Participativa y Gestión Asociada, donde expuso sobre uno de sus recientes trabajos: "Cómo abordar la investigación evaluativa sobre formación de conciencia ciudadana y democracia participativa de políticas públicas participativas". Una visita que coincidió con los festejos, por los 40 años de Flacso Argentina.
El encuentro con Fedosi fue durante la reunión de trabajo preparatoria de la charla; el resultado un diálogo-entrevista que fue compartida con Héctor Poggiese, Integrante del Consejo Académico Flacso en el Área Desarrollo, Innovación y Relaciones Estado Sociedad y Director del Programa PPGA, y Ricardo Muir Investigador del Área de Cooperación. Entre preguntas y respuestas se entrelazaron las experiencias de la Argentina y Brasil, que expresan verdaderos "cauces" para seguir explorando posibilidades de mayor integración.
–¿Se puede explicar al Presupuesto Participativo (PP) como una política de inclusión?
–Sí, es un procedimiento muy importante para la inclusión social en Brasil, un país con una profunda desigualdad que se expresa sobre todo en las ciudades. Ciudades partidas, donde cada vez más se ve la segregación: social, espacial, territorial. Y por otro lado, la autosegregación de las clases superiores en condominios cerrados. El PP, por su diseño, por ser un instrumento abierto a todos, se convirtió en un procedimiento muy importante para que los sectores populares, que históricamente no tenían voz, pasaran a participar de forma racional, no clientelista, de un sistema basado en criterios de redistribución.
–¿De qué manera la participación contribuye a la transformación y recuperación del Estado?
–El PP no es una institución tradicional del poder político, coloca la cuestión del rol del Estado en términos de su responsabilidad de garantizar derechos, pero sobre todo, en el rol de la calidad del Estado. Permite preguntarse: ¿Para quién el Estado debe gobernar? Es la disputa en torno de los recursos.
–En su último libro hace un estudio profundo sobre cómo abordar la investigación evaluativa sobre formación de conciencia ciudadana. ¿Podría subrayar algunos aspectos claves?
–Se trata del tema de la "efectividad de la participación". En el caso de Porto Alegre el proceso participativo se desarrolló en más de dos décadas, es un tiempo importante para  investigar los resultados sociales. Y permite demostrar que la participación es un factor importante para el surgimiento de la conciencia de la ciudadanía, la conciencia a ejercer derechos.
–¿Qué es la "pedagogía espontanea"?
–Es la cuestión de los límites del PP. No se pensó en crear una metodología, por ejemplo considerar la combinación con la Planificación Participativa y Gestión Asociada. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de un proceso que tiene una heterogeneidad, una pluralidad muy grande. Hay muchas asimetrías, por lo tanto, uno de los mayores límites del PP fue apoyarse en una "pedagogía espontánea", pensando que los ciudadanos, solamente participando de las asambleas, estarían construyendo un aprendizaje o una conciencia social. Hay que pensar el PP a partir de una metodología, una pedagogía que posibilite un crecimiento de calidad.  Necesita superar la espontaneidad que es el asambleísmo, la gente levanta las manos, a favor o en contra, importante, pero no es por ahí que se tiene un crecimiento mayor.
–¿Qué rol deberá tener el Estado para promover el desarrollo y afianzamiento de la conciencia de ciudadanía?
–Una de las grandes cuestiones para los países en el nuevo contexto regional de la participación, es unir a la participación con la construcción de un nuevo Estado, y la construcción y fortalecimiento de la sociedad civil. Los procesos de democracia participativa deben superar al asambleísmo ingenuo, incapaz de construir decisiones y establecer relaciones con efectividad en términos de políticas públicas. Hay que cualificar el PP para que eso no suceda. Una cogestión constructiva y no solamente de protesta, asambleísta o autogestiva. Esto es un desafío muy grande pero necesariamente la ampliación de la democracia exige una capacitación y reconocer que la gente siempre tiene conocimientos, el saber popular.
–El triunfo de Dilma, que continúa el camino del de Evo en Bolivia y del Frente Amplio en Uruguay, genera un contexto especial para un avance de la democracia participativa en la región. ¿Qué apuestas a futuro imagina para fortalecer una red de experiencias de Participación Popular de la Patria Grande?
–Estamos en un momento histórico único, después de los siglos de la independencia con la formación de los países sudamericanos. La región ha resistido a las dictaduras. Las democracias posteriores a los períodos autoritarios se sometieron a la hegemonía del poder internacional y sobre todo de la geopolítica internacional. Ahora estamos en una época donde varios países, a su modo, están enfrentando con mucha dificultad, pero también con éxitos, una etapa con elementos comunes muy importantes. Entre ellos: primero, la cuestión de la inclusión social, la región que necesita superar la pobreza y las profundas desigualdades. Segundo, consolidar las democracias, o sea, asegurar que los regímenes autoritarios, sean militares o disfrazados, no vuelvan. Tenemos temas comunes donde la Argentina es muy inspiradora, con avances como la Ley de Medios, que enfrenta uno de los pilares fundamentales de la historia de la dominación del continente, los oligopolios y monopolios de los medios de comunicación. También la cuestión de los nuevos derechos. Por último la autonomía de la región. Es una situación nueva mucho más compleja, las formas de intervencionismo son más sutiles. Para enfrentar a estas economías la cuestión de la unidad de América Latina. La Patria Grande es el tema soñado, utópico, es una oportunidad que no podemos perder.
–Por último, ¿a qué atribuye la "mitificación" de la experiencia del Presupuesto Participativo de Porto Alegre?

–Son varias las causas, pero se podría sintetizar con la idea del "síndrome de los pioneros". Cuando la experiencia se transformó en una referencia importante para la ONU, creó una especie de bloqueo a los sectores políticos responsables y los ciudadanos que pasaron a rechazar las tentativas de reconocer los límites y la necesidad de perfeccionamiento permanente. La participación requiere, como toda práctica social, una mirada crítica. Una visión de innovación permanente. En cambio hubo una actitud de dogmatización. Hoy el presupuesto participativo está desfigurado. También porque en 2005 hubo un cambio político que ganó las elecciones diciéndole a la población que mantendría el presupuesto participativo por su gran legitimidad pública, pero esa continuidad, hoy tiene una pérdida de calidad tremenda. 

viernes, 1 de agosto de 2014

"EL ESTADO DEBE INTERVENIR"

PÁGINA 12 - MARTES 15 DE JULIO DE 2014

ENTREVISTA A EMILIO PERSICO, NUEVO SECRETARIO DE AGRICULTURA FAMILIAR

“El Estado debe intervenir”

El funcionario sostuvo ante Página/12 que el sector de los agronegocios debería aportar hasta dos puntos de retenciones a la soja para promover el desarrollo de la agricultura familiar. También planteó la necesidad de generar nuevas regulaciones.






 Por Sebastián Premici

El dirigente del Movimiento Evita Emilio Pérsico fue designado al frente de la nueva Secretaría de Agricultura Familiar. Antes ocupaba el cargo de subsecretario. En un reportaje con Página/12, el funcionario reflexionó sobre los distintos instrumentos que podrían generarse desde el Estado para consolidar un modelo económico más inclusivo dentro del sector agropecuario local.

–Argentina produce más de 100 millones de toneladas, los paquetes tecnológicos son cada vez más invasivos y los grandes exportadores concentran la mayor porción del sector. ¿Qué lugar ocupa en la Argentina la agricultura familiar?

–En primer lugar hay que señalar que hay dos economías que coexisten, el modelo de los agronegocios y el de la agricultura familiar, que es el modelo de una economía popular. Los dos sistemas tienen que convivir. El proceso de la agricultura de mercado no produce puestos de trabajo sino que los reduce. Sí es verdad que incrementa la productividad y la producción, tal cual venimos observando todos estos años. Obviamente no puedo estar en contra de un proceso donde la Argentina, con desarrollo tecnológico, ha creado la proteína más barata para los barrios populares, como es el pollo, con la transformación de granos en proteína. Pero existen otros procesos que tienen en su centro al hombre. En Argentina ocurrieron tres invasiones, primero la colonial, luego la oligárquica y en tercer lugar la invasión del mercado, que desplazó al productor a vivir de la renta. La agricultura familiar puede volver a poblar nuestro país y construir una agricultura sustentable con rostro humano, de compañeros concretos y no con maquinaria.

–¿En todos estos años no se logró incluir los productores familiares?

–Hay aproximadamente 350.000 producciones agropecuarias en el país, de las cuales 250.000 son de la agricultura familiar y 100.000 de los agronegocios. Argentina tiene entre un 8 y 10 por ciento de su población viviendo en el campo, cuando los países limítrofes tienen el 40 por ciento y en América el promedio es del 25 por ciento. Estamos muy atrás. Nos llamamos un país agropecuario, pero el hombre está en otra actividad. Hemos reducido la cantidad de producciones agropecuarias. Desde el Estado debemos poner la inversión para revertir esta situación y crear otro tipo de tecnología y legislación para los agricultores familiares.

–¿Qué tipo de legislación o reglamentación específica se necesitaría?

–Si una empresa grande del mercado quiere sacar un nuevo producto lo puede legalizar a nivel nacional y no tiene inconvenientes en trasladarse por todo el país. Un pequeño productor que fabrica fiambre de llama lo puede legalizar solamente en la Municipalidad de La Quiaca y se debe quedar ahí. No lo puede llevar ni siquiera a Humahuaca, ni hablar de Buenos Aires. Esto debería ser modificado. La creación de esta secretaría o áreas específicas en el Senasa o el INTA son grandes avances. Ahora hay que poner a trabajar la maquinaria para resolver estos temas complejos. La mayoría de la normativa existente mira hacia los mercados de exportación, cuando la agricultura familiar apunta más al autoabastecimiento. Podrías establecer que los productos llamados de campo, como los quesos, sean comercializados sólo por pequeños productores y no por las grandes corporaciones.

–¿Cuánto aporta la agricultura familiar al Producto Bruto Interno?

–Todavía no está muy cuantificado el nivel de producción de este sector, pero sí puedo indicar que en consumo interno estamos cerca del 20 por ciento y en algunos sectores más, como en la horticultura. Lo importante del sector es su potencial. Con un millón de producciones, habría cinco millones de compañeros ocupados, sería una revolución económica, de seguridad, un cambio de paradigma muy fuerte. Hay que transformar los subsidios que hoy reciben los sectores populares desde distintas fuentes en procesos productivos concretos. Sintonía fina, como dijo Cristina.

–¿La creación de las ferias francas puede ser un ejemplo?

–Existen aproximadamente 500 ferias francas. Compañeros que ante la crisis de la década del ’90 salían con un tablón a vender el excedente de su chacra, después empezaron a plantar para vender en el barrio. Hay que sistematizar este trabajo, con mercados regionales. Los mejores instrumentos fueron los creados por los propios compañeros. Las ferias francas son el abastecimiento local, que es complementario de la economía de mercado. Hay ferias que ya son permanentes, como en Posadas. Pero hay que comenzar un proceso de unificación en consorcios provinciales.

–¿Cómo funcionarían?

–Organizar todas las ferias en consorcios en donde puedan aprovechar el intercambio regional o nacional. La misma feria recoge productos de otras provincias y luego la ganancia se reparte entre todos los productores. No es que los agricultores se convierten en comerciantes individuales, sino que es todo colectivo. Tenemos una mesa de diálogo con sectores de la economía de mercado, con los que buscamos un acuerdo alrededor de las ciudades para generar un cordón que permita defender la economía de la agricultura familiar. Por ejemplo, en Europa hasta que no se vende la remolacha de un pueblo no podés traer remolacha de otro lugar. Eso está reglamentado por municipio. Esto lo podemos hacer acá, en colaboración con los intendentes y con las fuerzas vivas. Es decir, ordenar el mercado en función de otra producción y otro tipo de consumo.

–¿Qué cambió después del conflicto por las retenciones móviles, en cuanto a los sujetos agrarios expuestos?

–Apareció un nuevo campo, que no era visible. Sujetos sociales que aparecieron en la lucha por otro tipo de economía. Sobre esa pelea nos sentamos para discutir en estos términos, como por ejemplo cuál es el aporte que el modelo de los agronegocios puede hacer para el desarrollo de la agricultura familiar.

–¿Qué tipo de aporte?

–Que pongan el 2 por ciento de las retenciones a las exportaciones de soja para la agricultura familiar. Ellos viven en los pueblos del interior. Alguna vez sus padres fueron parte de este proceso. Por lo tanto, podrían destinar una porción de las retenciones a este sector. El país debe ser planificado geopolíticamente. Incluso los gobiernos oligárquicos que hicieron un aporte a la ocupación de la Argentina, como Roca, cuando llegaron a Río Negro armaron una defensa poniendo productores para que haya población. De esa manera armaron una defensa y sacaron al ejército. La agricultura familiar es parte de esa disputa. El Estado debe intervenir a favor de los más débiles. Estoy orgulloso de lo que se ha hecho por la dignidad de los trabajadores y estaremos orgullosos por lo que se hará desde este Estado por los productores familiares.

martes, 29 de julio de 2014

UNA YUMBA PARA PRECIOS CONTROLADOS

PÁGINA 12 - VIERNES 25 DE JULIO DE 2014

UNA COOPERATIVA QUE SE ORGANIZO EN EL BARRIO DE PUGLIESE PARA ENFRENTAR LOS PRECIOS

Una Yumba para precios controlados

La organizaron vecinos de la asamblea de Juan B. Justo y Corrientes para hacer frente a los supermercados. Se llamó La Yumba, en homenaje a Osvaldo Pugliese. Es abierta, tiene más de 250 socios y adquiere productos de empresas recuperadas.







En el corazón de Villa Crespo, el barrio de los amores de Osvaldo Pugliese, nació La Yumba, una cooperativa de consumo popular, gestionada democráticamente por sus socios, que funciona en el local de la Asamblea Vecinal de Juan B. Justo y Corrientes. Su nombre honra una de las canciones del músico, quien también fundó una orquesta en cooperativa, con la que se identifican estos vecinos que comenzaron a juntarse en abril con la idea de hacerle frente a los altos costos de los supermercadistas. Hoy, con más de 250 socios, un centenar de pedidos por mes, una cartera de proveedores autogestionados y ocho locales donde se distribuye la mercadería, La Yumba crece como una entidad de puertas abiertas y sin fines de lucro. Los consumidores pueden incorporarse y convertirse en asociados, tan solo comprando, por una única vez. una acción de 20 pesos.
Ana Jivotovschii Paixao vive en el barrio desde hace unos años. Se acercó al local de la asamblea porque su padre escuchó en la radio la experiencia de la cooperativa y le dijo que “vaya averiguar qué ocurría cerca de su casa”. Ester Chaia dijo a Página/12 que se acercó por “una charla a la que asistí en febrero sobre economía social, en la que terminamos planteando entre todos que había una inquietud muy grande por la suba de los precios y cómo enfrentarlos”. Tanto Ana como Ester no eran parte de la asamblea de Juan B. Justo y Corrientes, que nació en el calor de la lucha por reclamos en 2001, pero hoy son parte de la cooperativa.
A comienzos de este año, la asamblea comenzó a reunirse con otras organizaciones de la zona y vecinos autoconvocados para ver qué hacer con el aumento de precios. “Comenzamos haciendo charlas abiertas y pronto supimos que, de alguna manera, debíamos intervenir en una lucha que tiene que ver con el poder de las grandes empresas supermercadistas”, aseguró Mini Pérez, presidenta de la cooperativa y militante histórica de la comuna 15. Alejandro Rofman, participante de la asamblea, como economista e investigador del Conicet fue el encargado de dar las charlas. “La iniciativa surgió en esos debates con los vecinos y las distintas agrupaciones. No sorprendió la gran convocatoria”, dijo Rofman.
“La cooperativa es más amplia que la asamblea, aprendimos hace varios años que solos no hacemos nada, así que siempre trabajamos con otras fuerzas políticas y con los vecinos en todas las actividades que hacemos”, afirmó Pérez. Sergio Pra, vecino y especialista en la temática de pymes, destacó que “es una experiencia singular porque tiene una propuesta de crecimiento no arraigado acá en Villa Crespo sino en distintos lugares de la Capital Federal. A poco tiempo de andar, se sumaron al local central otros ocho locales ubicados en los barrios porteños de Chacarita, Colegiales, Paternal y Almagro”.
En paralelo a la cooperativa, la asamblea da apoyo escolar, asiste a comedores, realiza una olla popular todos los jueves, colabora con casas tomadas y con sectores vulnerables. Asimismo, tiene su propia señal de radio, Radio Asamblea (FM 94.1) con sintonía en toda la zona, en la cual ya tiene un espacio: La Yumba.

Más que un mercado popular

“Estamos aprendiendo sobre la marcha a gestionar una empresa, a conocernos entre nosotros, a trabajar colectivamente, a dar respuestas a los pedidos, a hacer los trámites para constituirnos como una cooperativa”, afirmó Pra, encargado de gestionar en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) la formación de la cooperativa. Pérez sostuvo que “al principio teníamos la idea de hacer un mercado en la asamblea para todo el barrio pero luego se forjó la Cooperativa de Consumo Limitado, cuyo alcance es mayor”.
La Yumba tiene un consejo directivo elegido por el plenario, en que participan todos los socios, y se organiza en comisiones: de proveedores, relación con otras entidades, difusión, vínculo con locales. También cuenta con una pata informática para recibir los pedidos de los asociados por mail y enviarles la actualización de precios.
Una de las primeras acciones de la cooperativa fue entablar lazos con fábricas y empresas recuperadas o autogestionadas. “La comisión de proveedores se mueve mucho –explica Mini–, tenemos desde un compañero que va a Quilmes a buscar los fideos de Pasta Sur, hasta gente de la Federación de Organizaciones Productoras de Alimentos (Fopal) que nos brinda el tomate o el arroz. Trabajamos sobre todo con las empresas del barrio, con la histórica Arrufat (chocolates), Torgelón (fiambres) y Grisinópolis (panificados).” Además, “nos conectamos con productores regionales de quesos y vinos que nos ofrecían calidad y buenos precios. Sumamos un emprendimiento de cerveza artesanal y un ingenio yerbatero”, destaca Pérez. Rofman agrega: “Hemos descubierto que existe una cantidad enorme de grupos de productores cooperativizados para producir muy variada cantidad de productos, que a medida que se van enterando de nuestra voluntad de vincularnos con ellos se acercan”.
La inquietud de La Yumba de hacer coincidir artículos de primera necesidad con buenos precios la llevó a sumarse al programa de Precios Cuidados y vincularse con productores primarios para abaratar costos. Chaia aseguró que “tenemos como parámetro esos precios y algunos productos conseguimos incluso abaratarlos”. Rofman, por otro lado, destacó que “en principio los productos eran los que encontramos, después buscamos productos básicos de consumo masivo popular”.
Uno de los miembros más jóvenes de La Yumba, Julián Goldín, señaló que “muchos de nosotros pertenecemos a distintas organizaciones o grupos políticos de la comuna. Y les ofrecemos nuestros brazos de organización, y los de la propia asamblea, a estos productores para llegar a los distintos barrios. Es así que vamos más allá de un mercado popular”.
Respecto de la elaboración de productos propios, los cooperativistas dijeron estar lejos, aunque aspiran “algún día ser como El Hogar Obrero”, que logró tener fabricas propias en su momento de mayor auge.

Cooperativa infinita

“Estaba claro, el objetivo era sacar esta intermediación que se lleva una gran ganancia y lograr el vínculo directo del productor al consumidor, pero después se dio una gran discusión de con quiénes trabajamos”, afirmó Pérez, y agregó que “a la asamblea se acerca gente de clase media por lo general, pero queríamos que también se ampliara a las personas de los asentamientos de la zona. Queríamos llegar también a los sectores más vulnerables. Por eso decidimos que la acción de la cooperativa valiese 20 pesos y que una persona brindando esa plata y por única vez pudiera formar parte. No queríamos que quedara nadie afuera”. Leandro Rachid dijo que “hay una población bastante diversa. Así como en la asamblea pertenecemos a distintas organizaciones y somos distintos en edades también son muy distintos los socios de la cooperativa”. Hilda Schalom, la tesorera, acotó que “lo pensamos tanto de esta manera que abrimos al público la convocatoria porque la cooperativa es infinita, no tiene techo”.
Mini Pérez aseguró que las circunstancias actuales difieren bastante del contexto en que se fundó la asamblea: “En el 2001 tuvimos que salir corriendo a hacer compras comunitarias al mercado central, esta experiencia es superadora. Nuestra asamblea fue cambiando, nuestra consigna pasó del que se vayan todos a un proyecto para todos. Y hoy tenemos mucho construido”. Al respecto, Pra señaló que “es un desafío demostrar que democracia y eficiencia son posibles. Es el principal hostigamiento que hace el mercado capitalista, nos hacen creer que ambos principios son antagónicos. La economía solidaria se basa en estructuras de costos que son distintas a la de lucro. Nuestra idea de cooperativa es hacer un proyecto sustentable para que llegue a todos y que el día de mañana podamos capacitar a la gente que quiera hacer algo similar”.
Informe: Laura Guarinoni

OPINION

Uno de cuatro es cooperativista





En nuestro país existen alrededor de 30 mil cooperativas y dentro del rubro consumo hay tan sólo 195, según el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes). Aproximadamente 10 millones de personas son cooperativistas y otras 4 millones, socias de mutuales. Las cooperativas contribuyen con el 10 por ciento al PBI de la Argentina. Uno de cada dos argentinos consume productos de cooperativas directa o indirectamente. Es una economía en crecimiento. “Nosotros crecemos cuando crecen los otros”, aseguró Sergio Pra, asociado a La Yumba. Pra, además, relató que a partir de esta experiencia descubrieron la existencia de la Cooperativa la Obrera, ubicada en Bahía Blanca, que tiene 1.070.000 socios, más de 74 sucursales, y les compra a 1300 pymes o micropymes del país, que a la vez le financian la producción. “Muchas veces se invisibilizan este tipo de experiencias exitosas”, concluye Pra.

miércoles, 18 de junio de 2014

LA CIUDAD MODERNA MULTIPLICA CONFLICTOS




"La ciudad moderna multiplica conflictos"

Desnuda la lógica del capital financiero inmobiliario y su empeño por acentuar la desigualdad porteña. Las deudas de Puerto Madero y el identikit del electorado PRO. Es el coordinador del Programa de Planificación Participativa y Gestión Asociada de FLACSO, que estimula la relación articulada entre autoridades políticas, técnicos, académicos y la misma comunidad, para que las políticas de gestión respondan a necesidades concretas, y sean inclusivas, democráticas y fruto de la participación popular. "Ayudamos a construir voluntades políticas para ampliar el proceso comunitario, y que la democracia sea cada vez más amplia", subraya. Desde esa mirada, además, lista las desigualdades sociales que desnudan los proyectos de urbanización en la Ciudad de Buenos Aires. 

–Se dice siempre que la Ciudad de Buenos Aires muestra desigualdades sociales. ¿Dónde se plasman, concretamente?
–Con más de tres millones de habitantes, más dos millones que ingresan diariamente por trabajo, Buenos Aires presenta una diferencia territorial de inversiones muy contundente, donde el sur constituye la región más atrasada. El error es pensar la Ciudad dentro de los límites de la General Paz, y no proyectar una estrategia conjunta con la provincia y los municipios de los primeros cordones. 
–Suena simplista, pero da la impresión de que nunca hay proyección estratégica, sino medidas sueltas acordes a la inclinación política del gobierno de turno.
–Las ciudades deberían ser lugares de convivencia social. Por otro lado, la ciudad nunca se queda quieta, es un proceso en continua renovación. Y uno de esos procesos es la urbanización, donde el modelo dominante hoy es el capital financiero internacional inmobiliario. 
–Que no deja nada en pie...
–Exacto. Un ejemplo es lo que se quiere hacer ahora en La Boca, donde el gobierno porteño proyecta un área cultural y un corredor turístico hasta la zona de Caminito. Suena bien, pero el "detalle" es que se trata de procesos expulsivos de la población que vive en esos territorios. Otro tema importante son las normativas que ese capital financiero esquiva.
–¿De qué manera?
–Logrando modificaciones en las leyes. En la esquina de Belgrano y Jujuy demolieron la edificación, y un grupo empresario fue comprando lotes. Cuando llegue a 5000 metros cuadrados, eso será suficiente para conseguir aprobar una normativa especial –porque así figura en el Código de Planeamiento Urbano– que significaría poder edificar en alturas mayores a las permitidas, si lo quisiera. 
–¿Qué significó Puerto Madero para Buenos Aires?
–Era la joya de la abuela, y nunca se determinó que sus beneficios se redistribuyeran en otros sectores de la Ciudad postergados y con grandes necesidades. 
–Otro tema discutido fue el Metrobus...
–Ese sistema de buses arrancó en Curitiva, donde la ciudad fue desarrollándose "a partir" del llamado Metrobus. Es decir, los procesos de urbanización sucesivos debían estar conectados con el sistema troncal que estaban armando, desde el cual la ciudad se planificó. Allí, el sistema es estructurante del desarrollo urbano.
–¿Acá es a la inversa?
–Claro. A diferencia de otros lugares, como Medellín y Bogotá, donde también la red de transporte estructura el mapa urbano. En la avenida 9 de Julio, por ejemplo, lo único que hizo el Metrobus fue mejorar la circulación en algunas calles céntricas, y la velocidad del tránsito en tramos determinados. Pero los beneficios son acotados a una porción de gente muy pequeña. Por otro lado, digamos que la cultura del uso del auto es de tal dimensión, que los coches se convirtieron en objetos personales que dan "prestigio". Uno quiere salir de Pilar y estacionar en la puerta de su empresa. ¿Cómo vas a dejar el auto en Chacarita y subir al subte, donde compartís espacio con otros humanos transpirados, feos, sucios y malos? 
–Otra forma de hablar de las desigualdades a las que hacíamos referencia antes...
–Sí, porque más allá de que en toda ciudad hay desigualdades, algunas cosas alimentan esa diferencia. ¿Por qué Macri gana en Buenos Aires? Porque su electorado supone que Macri pondrá "la casa en orden", y limpiará todo lo feo, molesto e incómodo. La señora que limpia en la casa de ese que lo vota, el recolector de residuos, el barrendero. Yo electorado, los necesito, pero al mismo tiempo quiero que no estén. La ciudad, en su estado más moderno, tiende a multiplicar los conflictos interclases. Si no hay diálogo entre todos esos sectores, ni se definen normas mínimas de convivencia, la geografía se convierte en una jungla.

miércoles, 4 de junio de 2014

LA PARTICIPACIÓN LEGITIMA LAS DECISIONES

ENTREVISTA AL POLITOLOGO FRANCES LOÏC BLONDIAUX

Página 12 - Lunes 2 de junio de 2014

“La legitimidad de una decisión no puede basarse sólo en la legitimidad de la autoridad que la toma, sino que debe apoyarse también en la legitimidad del proceso que condujo a tomar esa decisión”, dice Blondiaux, autor de El nuevo espíritu de la democracia.
El politólogo francés Loïc Blondiaux sostiene que la crisis de las estructuras tradicionales de representación ha generado la aparición de un “imperativo participativo”, la necesidad de que las grandes decisiones políticas cuenten con el respaldo de una intensa participación social. Profesor de la Universidad de París I (La Sorbona), donde es colega de Pierre Rosanvallon, Blondiaux dice que “las elites deben dejar de tenerle miedo al pueblo” y asegura que “los ciudadanos poseen una experticia que es importante considerar a la hora de tomar una decisión” de gobierno.
–¿A qué transformaciones se refiere cuando habla de un “nuevo espíritu de la democracia” y de la emergencia de un “imperativo participativo”?
–Una democracia viva y eficaz se apoya para mí en tres pilares. El primero es la democracia institucional, que se organiza en torno de las elecciones, los partidos políticos y el gobierno. El segundo, que Rosanvallon llama “contrademocracia”, engloba a las manifestaciones a través de las cuales los ciudadanos controlan, critican o interpelan a la democracia institucional. Creo que es conveniente plantear un tercer escenario político, que llamaría democracia deliberativa y que debe permitir que se confronten la legitimidad de los gobernantes y la de los gobernados. Es en el marco de esta democracia deliberativa donde debe organizarse la consulta sistemática a los ciudadanos por parte del poder público. Un debate público profundo, inclusivo e igualitario en torno de los grandes proyectos y desafíos a los que se enfrenta la sociedad. En este marco, el poder político se ve obligado a justificar sus decisiones frente a las demandas de la población. Hoy, la legitimidad de una decisión no puede basarse sólo en la legitimidad de la autoridad que la toma, sino que debe apoyarse también en la legitimidad del proceso que condujo a tomar esa decisión. Ahora bien, en democracia una decisión es legítima solamente si todos aquellos a quienes se les aplica pudieron participar en la elaboración de la misma. La idea del imperativo participativo conlleva esta exigencia.
–¿Por qué sostiene que se ha producido un debilitamiento de las estructuras tradicionales de representación?
–Las instituciones de la representación se ven afectadas hoy por una doble crisis, de eficacia y de legitimidad. Frente a las crisis económicas, sociales y medioambientales, los gobiernos democráticos se muestran claramente impotentes. Parecen marionetas de fuerzas que los superan, a tal punto que se ven hoy bajo la influencia de empresas multinacionales, bancos y mercados que les dan órdenes. Las fronteras políticas se muestran cada vez más artificiales y los gobiernos nacionales son incapaces de resolver problemas (como el cambio climático) que se plantean a escala mundial. Este sentimiento de ineficacia provoca una indiferencia creciente en los pueblos, los cuales participan cada vez menos en las elecciones y parecen no creer más en el discurso político. El primer ministro francés, Manuel Valls, confesó hace poco que “el discurso político se había vuelto una lengua muerta para los ciudadanos”.
–¿Qué implica para los políticos profesionales y para los gobernantes ese “imperativo participativo”?
–Los políticos profesionales, así como las elites y los expertos, se encuentran frente a ciudadanos que ya no quieren dejarse manejar, ciudadanos cada vez más informados y preparados para movilizarse, aquí y ahora, en contra de las decisiones que consideran ilegítimas. Ya no es posible el discurso de autoridad. Tanto a escala local como nacional, los ciudadanos se movilizan de manera eficaz en contra de los proyectos que no desean. Algunos ven en eso el efecto de la individualización y del egoísmo imperantes en nuestras sociedades. Para mí, es un progreso de la democracia.
–Un problema típico de los modelos participativos es cómo y quién decide sobre qué (y de qué manera) se participa. ¿Cómo se resuelve?
–Es el problema al que se enfrentan todas las experiencias de democracia participativa: cómo estar seguro de que la participación podrá influir en la decisión. La mayoría de las veces, los políticos se conforman con dejar expresarse a los ciudadanos y luego deciden si tomarlo en cuenta o no. Ahora bien, para que sea posible una co-construcción de las decisiones es necesario que las elites dejen de tenerle miedo al pueblo. Los gobernantes tienen que dejar de pensar que el pueblo quiere ocupar sus lugares. Cuando las condiciones de la confianza están dadas, un verdadero trabajo de colaboración entre los representantes, técnicos y ciudadanos es posible y la participación puede enriquecer la decisión. Los ciudadanos poseen una experticia que es importante considerar a la hora de tomar una decisión.
–En Latinoamérica es conocida la experiencia de los presupuestos participativos, pero en su libro El nuevo espíritu de la democracia usted analiza otras iniciativas: el modelo del debate público y modelo del jurado de ciudadanos. ¿En qué consisten?
–Francia ha implementado en 1995 una institución muy original a nivel internacional: la Comisión Nacional del Debate Público (CNDP). Se trata de una autoridad administrativa independiente cuya misión es organizar un debate público lo más amplio y profundo posible sobre los proyectos de infraestructura de interés nacional. En cada uno de estos proyectos, la CNDP permite que los ciudadanos estén informados y se expresen libremente, cuando la oportunidad del proyecto está aún en debate. Cada debate dura cuatro meses y cuesta más de un millón de euros. Al final, la CNDP entrega un informe que no apunta a la pertinencia del proyecto, sino que resume los argumentos del debate. El promotor debe entonces justificar sus decisiones ante los participantes. La CNDP es una típica institución de democracia deliberativa. Tiene sus límites, pero permite sin embargo que la oposición pueda hacer valer su opinión. En cuanto a los jurados de ciudadanos, fueron inventados en los años ‘60 en los Estados Unidos y en Alemania. Están conformados por una quincena de ciudadanos ordinarios a los que se les solicita su opinión sobre una cuestión política importante, tras haberlos informados de manera contrastada. Esos jurados han demostrado que los ciudadanos ordinarios pueden tener una opinión políticamente fundada sobre cuestiones como los organismos genéticamente modificados o las nanotecnologías. Es una refutación flagrante para todos aquellos que, desde Platón, piensan que los ciudadanos son demasiado irracionales como para producir un juicio pertinente sobre cuestiones complejas.
–¿Por qué critica los modelos participativos acotados a la escala local (como son las comunas en la Ciudad de Buenos Aires)?
–Existe un peligro en reducir la democracia participativa o deliberativa al nivel local, o microlocal. La vida política de los ciudadanos no puede circunscribirse a los límites del barrio. Si organizamos la participación sólo a una escala de proximidad, eso favorece, a mi entender, los egoísmos territoriales o sociales. Introduce también un engaño democrático, puesto que la mayoría de las decisiones importantes se toma a otro nivel. En resumen, la “democracia de proximidad”, como se la practica en Francia, a nivel del barrio, por ejemplo, me parece una trampa para la democracia participativa.

miércoles, 14 de mayo de 2014

BENEFICIARIOS DEL PROCREAR DE MIRAMAR PODRÁN ADQUIRIR TERRENOS FISCALES


ANTE LA ESPECULACULACIÓN INMOBILIARIA

Beneficiarios del ProCreAr de Miramar podrán adquirir terrenos fiscales

Una nueva ordenanza municipal aprobada por el HCD local permite la venta de lotes de dominio municipal a un menor valor que en el mercado inmobiliario. Con este fin, se realizará un sorteo de parcelas en cuatro barrios de la ciudad. Los fondos recaudados se invertirán en dotar de infraestructura dichas zonas. Algunas objeciones por parte de ediles de la UCR.
Miramar, 12 May (El Recado/InfoGEI).-Ante la imposibilidad de adquirir lotes para la construcción de viviendas por la especulación inmobiliaria, los beneficiarios del ProCreAr del partido bonaerense de General Alvarado cuentan con una importante resolución: desde este mes podrán comprar terrenos fiscales a un menor valor que en el mercado inmobiliario.
Así lo aprobaron los concejales locales, quienes unánimemente dieron aval al expediente caratulado como “Infraestructura Corredor Parquemar, Parque Bristol, Copacabana, y Arenas de Oro” con el fin de posibilitar el acceso al programa nacional de los ciudadanos locales.
La iniciativa fue presentada oportunamente por el edil Fabián Barberini (UCR) y apoyada por el conjunto del bloque radical y, desde ahora será implementada por el Departamento Ejecutivo, según anunció el diario local El Recado.
Consiste en poner a disposición lotes de dominio municipal y ofrecerlos a los beneficiados del Plan ProCreAr a un menor valor del mercado inmobiliario con la condición de que lo recaudado sea destinado exclusivamente a dotar de infraestructura la zona en cuestión.
En el primer sorteo, que será ante escribano público el próximo 16 de mayo, se ofrecerán 12 lotes en el barrio de Parquemar, de entre 700 y 800 metros cuadrados. La organización del mismo correrá por cuenta de la Oficina de Desarrollo Local y Empleo MGA, donde se inscriben los interesados.
Según la información municipal, el dinero recaudado por la venta de los lotes será destinado a realizar obras en la manzana en que se encuentran ubicados los terrenos.
Dudas
No obstante el acuerdo llegado entre los distintos bloques del HCD de General Alvarado, el bloque UCR pidió que se agregue  un artículo a la ordenanza para que los fondos estén afectados y de esta manera tener la garantía que se utilizarán para tal fin, condición que no fue asegurada.
Las críticas más extendidas no sólo son en cuanto al uso de los fondos recaudados, sino también al espíritu del mismo, ya que no se contempla en el expediente las acciones que se desarrollarán para la puesta en valor de la zona en cuestión. 
Fuente Info GEI - Agencia Federal de noticias y elaboración de contenidos, del día lunes 12 de mayo de 2014.


jueves, 27 de febrero de 2014

PUENTES DE LA PATRIA GRANDE

Puentes de la Patria Grande

Espacios públicos de tres ciudades (Quito, Montevideo y Buenos Aires) convertidos en aulas de cultura y participación popular.


En Quito, el Parque Chilibulo-Huayrapungo (320 hectáreas); en Montevideo, el Parque Público Punta Yeguas (113 ha); y en Buenos Aires, el Parque Avellaneda (40 ha). Tres parques al sudoeste, en tres ciudades latinoamericanas, tres espacios verdes que aún no aparecen en los mapas a los que acceden los turistas. Sin embargo, hay quienes tejen redes para vincularlos, defenderlos y darles visibilidad, fortaleciendo estos tiempos del renacer de la unidad en Nuestra América. Vecinos ciudadanos, instituciones, trabajadores, gobiernos locales y organizaciones comunitarias sostienen un trabajo de más de dos décadas que a través de la gestión asociada y la planificación participativa, logró recuperarlos integralmente. Planificación multidimensional del espacio público, regional, cultural, educativa, ambiental, histórica. Grandes superficies de patrimonio natural, cultural, tangible e intangible, en sus respectivas ciudades.
Con sus diferentes particularidades, los tres parques son públicos y expresan la dinámica de la participación popular en la cogestión. En estos procesos, eminentemente participativos, los gobiernos locales sólo algunas veces acompañan la gestión. En otras, como en Buenos Aires, la obstaculizan buscando hacer desaparecer lo construido. Los tres parques, además, atraviesan diferentes problemáticas: invasiones irregulares, privatizaciones, edificaciones inconsultas, desvalorización de los espacios de gestión. Desafíos para el Estado y la organización popular que muestran lo público como otra puerta de acceso a la política. En Quito, Montevideo y Buenos Aires, estos parques donde la naturaleza aflora, constituyen espacios educadores, territorios de aprendizajes significativos y transformadores, de preguntas y descubrimientos, de trabajo colaborativo y solidario. Familias, docentes y estudiantes de los cerros quiteños, de las playas montevideanas, de la llanura y las cuencas urbanizadas porteñas cuentan con verdaderas aulas a cielo abierto. Allí florecen la interculturalidad, las ciencias de la vida, el arte, los medios de comunicación, el juego y las capacidades creadoras. En estas aulas, a través del respeto a la diversidad y el reconocimiento de las raíces, los niños, niñas y jóvenes valoran la vida, la construyen, se sienten parte vital de Nuestra Tierra. 
Estas experiencias buscan contribuir a la creación de un mundo en el que cada persona tenga la oportunidad de desarrollar todo su potencial. Un mundo de relaciones económicas solidarias, de comunicación fraterna y en paz. Las similitudes del trabajo en los parques dan cuenta de una matriz común en un territorio hermano. Evidencian raíces y sueños comunes, que se ponen de manifiesto en la cultura popular de nuestra Latinoamérica. La red de parques educadores es abierta, flexible, humanizante, participativa, respetuosa de las propias identidades e historias. Se enriquece de las experiencias compartidas, potencia proyectos y dialoga para aprender de las diferencias. Experiencias que crecen al calor de la comunidad, con sus propias certezas y proyecciones. Otros espacios, que seguramente ya existen, como el Parque Federal en Santa Fe, se irán sumando.
Hoy vemos cómo en Nuestra América se suceden procesos desestabilizadores. Venezuela es, esta semana, una evidencia dolorosa y contundente. Por esto, consideramos urgente multiplicar los puentes que unan, den visibilidad y convoquen a construir redes entre las más diversas experiencias participativas y populares, para fortalecer la Patria Grande, cada vez más unida y libre.  «
 
*INEPE (Quito) / PPPY (Montevideo) / PPGA (Bs. As.)