lunes, 16 de diciembre de 2013

REDES PARA CREAR MÁS DEMOCRACIA

Le hacemos llegar la nota publicada en el diario Tiempo Argentino del día sábado 14 de diciembre de 2013.

La recomposición del tejido social
Redes para crear más democracia
La participación popular en las políticas públicas como una herramienta de profundización de las transformaciones sociales.
  
REDES PPGA (PLANIFICACIÓN PARTICIPATIVA Y GESTIÓN ASOCIADA) 
Héctor Poggiese y Fabio Oliva


Después de 30 años de períodos democráticos sostenidos en nuestra patria, los que hemos transitado alguna etapa de nuestra vida en dictadura sabemos que la violencia hecha sistema de gobierno deja huellas difíciles de borrar. En ocasiones, esas marcas se han naturalizado y ya no las reconocemos, pasaron a ser parte de nuestra vida, convivimos con ellas diariamente. El sociólogo Daniel Feierstein habla en uno de sus libros de prácticas sociales genocidas y traza un relato que prueba la continuidad entre el nazismo y el autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional", título que ponía en evidencia, sin ocultamientos, la finalidad del plan cívico-militar. 
Las frases "no te metás", "por algo será", "en algo andarán" son indicadores de una sociedad quebrada que cambió relaciones sociales de cooperación, solidaridad, reciprocidad, por otras de subordinación, delación, individualismo. El tejido social se fragmenta, se aísla, se va transformando en un "fleco social", compartimentado, de vías paralelas, que favorece las relaciones corporativas. 
La recuperación de la democracia y el ejercicio del voto marcaron un punto de inflexión, pero sabemos que eso solo no alcanza. Los '90 fueron una clara muestra; vimos cómo muchas de esas prácticas volvían a ponerse en evidencia y nos alertaron de la necesidad de cambios más profundos. La fragmentación social, el individualismo, la falta de solidaridad permanecen, resisten el paso del tiempo como un residuo sólido, y reaparecen, enmascaradas de violencia en las más variadas formas: mezcladas en los cacerolazos, entrometidas en las robaderas que inundaron Córdoba durante la huelga policial. 
A veces el tejido social se recompone como reacción espontánea, como en las asambleas de 2001-2002, que nacieron en medio de una crisis terminal, explosión obligatoria para quienes eran por ella lacerados, y fueron deshilvanándose y enseguida disolviéndose. Fueron una enorme posibilidad de reconstitución del tejido social, vía movilización, pero no alcanzaron a leerse a sí mismas en el potencial que como redes en ebullición significaban. 
Otras veces, el tejido social puede recomponerse de forma natural, sin proponérselo, como un extenso proceso de recuperación y reintegración de la sociedad argentina. Aquí, la variable tiempo es inestimable; dependerá de una etapa histórica impredecible.
Sin embargo, también existe una forma intencionada, propositiva, de recomponer el tejido social en base a constituir políticas públicas como embriones de transformación social, por la vía de una acción asociada entre Estado y sociedad: las "redes socio gubernamentales". Basta para eso que los gobiernos convoquen a la participación popular en sus procesos de elaboración y ejecución de programas, transformando esos procesos en sitios de aprendizaje de la gestión de lo público y de ampliación participativa de la democracia representativa. Una política pública específica puede tener como objeto esa finalidad de aumentar la participación popular, como la ley boliviana de planificación participativa, o la venezolana que crea los consejos comunales decisorios.
En el contexto actual, transitando un camino de ampliación de derechos para los que menos tienen, de respeto por la diversidad y las minorías, con evidentes huellas de democratización como la Ley de Medios, avanzar en un Programa de Participación Popular en Políticas Públicas parece un desafío a la altura de una nueva década de consolidación y profundización de la democracia ganada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario