PÁGINA 12 – VIERNES 31 DE MAYO DE 2013
LA PROPUESTA ELABORADA POR VECINOS Y PROFESIONALES OBTUVO
EL SEGUNDO LUGAR
Premio al diseño participativo
Vecinos de Caballito
decidieron participar en el concurso para hacer la mejor propuesta posible. En
el armado contaron con el aporte de integrantes de Flacso y Carta Abierta.
Proponen la gestión participada del espacio público.
Una inédita experiencia de
planificación participativa se plasmó en un proyecto para la urbanización de la
Playa Ferroviaria de Caballito, que obtuvo el segundo premio en el concurso
convocado por Anses y organizado por la Sociedad Central de Arquitectos. Se
logró a partir de la iniciativa de asociaciones vecinales y culturales del
barrio y el trabajo conjunto con arquitectos e intelectuales de Flacso y Carta
Abierta, muchos de ellos provenientes de distintas experiencias políticas. La
propuesta resultante es la creación de parque temático ferroviario –Caballito
fue justamente la cuna de los ferrocarriles argentinos– con un 75 por ciento de
espacio público y una propuesta de gestión participativa de ese espacio, cuando
la obra esté finalizada, con intervención de asociaciones vecinales.
“Se trata de
una respuesta política a una situación dada: las organizaciones vecinales
venían planteando para esos terrenos la demanda de un ciento por ciento de
espacios verdes. Pero ante el hecho de que el concurso estaba en marcha, se
buscó como respuesta presentar un proyecto que pudiera ser el mejor para los
vecinos”, explica a Página/12 el arquitecto Jorge Giberti, asesor en Desarrollo
Urbano del senador Daniel Filmus, quien junto a Marcelo Ades encabezó el equipo
técnico.
Para los
autores del proyecto, la metodología participativa resultó “una estrategia útil
para un concurso que, a partir de su anuncio público, profundizó la
conflictividad preexistente” en un barrio que se caracteriza por la gran
cantidad de metros cuadrados construidos y la escasez de espacios verdes: un
metro cuadrado por habitante. Por eso, a las organizaciones vecinales no les
había caído bien la propuesta de urbanizar ese predio y así lo expresaron en la
audiencia pública que se celebró en diciembre.
“Nos planteamos
el desafío de componer una propuesta que, interviniendo en el concurso,
recogiese esas demandas y a la vez cumpliera con las bases”, argumenta Giberti,
quien fue funcionario del área de Espacio Público en distintas gestiones
porteñas, desde 2000 a 2007.
Así, el
proyecto fue armado en conjunto entre los técnicos y la comunidad: los
integrantes de la asociación SOS Caballito, los promotores del espacio cultural
Estación de los Deseos, que funciona en un galpón recuperado dentro de esos
terrenos desde hace once años y el club Ferro Carril Oeste, que tiene
instalaciones dentro del predio.
“El trabajo se
dio en el marco de un debate sobre qué ciudad queremos. Nosotros coincidimos en
la idea de una ciudad más inclusiva y participativa”, sostiene Rodolfo
Diringuer, representante de SOS Caballito, una asociación vecinal que desde
hace años viene luchando contra la construcción indiscriminada de torres y a
favor de la generación de espacios verdes en el barrio.
Otro de los
pilares del proyecto es su perfil temático vinculado con la historia del
Ferrocarril del Oeste. “Aquí está la casa del primer administrador del
ferrocarril, Norberto de la Riestra, el tanque de agua, dos balanzas de carga y
el Patio de los Lecheros, todas construcciones e instalaciones que forman parte
del patrimonio y de la memoria del barrio”, destaca Fernando Dahini, referente
de la Estación de los Deseos.
En ese parque
temático, una suerte de museo a cielo abierto, quedarían incluidas las actuales
vías de la playa, para que un tren histórico haga el recorrido desde un andén
auxiliar de la estación Caballito hasta el Patio de los Lecheros. En la casa
histórica se planeó un centro de interpretación.
El proyecto
contempla destinar a espacio público un 75 por ciento del terreno y el resto
para la construcción de edificios para viviendas. No prevé la construcción de
torres: los más altos, ubicados sobre la calle Yerbal, tienen ocho pisos. En
cuanto al espacio verde, está prevista su continuidad con el parque lineal a
construir tras el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento. Y la duplicación de
la traza del puente que conecta el Norte con el Sur del barrio sobre las vías.
Pero la
propuesta más original del proyecto es, sin dudas, “la gestión del espacio
público en forma compartida entre el Estado nacional, la Ciudad y los vecinos”,
describe Héctor Poggiese, del Programa de Planificación Participativa y Gestión
Asociadas de Flacso, otro de los gestores del proyecto.
Es que, según
la iniciativa premiada, “el éxito de la gestión futura del parque depende de
que esas relaciones de corresponsabilidad se prolonguen, institucionalizando un
mecanismo de gestión asociada entre actores comunitarios y gubernamentales”.
Ese modelo se aplica con éxito desde 1994 en Parque Avellaneda.
“Este concepto
puede ser aplicado incluso por el proyecto ganador”, sostiene Poggiese, quien
junto a Giberti integra el espacio Carta Abierta. “Esperamos que sea
incorporado para que los pasos siguientes del proyecto se hagan con la
participación de los actores locales”, agrega. “Para eso –coincide Diringuer,
de SOS Caballito– es necesaria la inclusión de las comunas, que hasta ahora han
estado ausentes de este proceso.”

“Esta
experiencia demuestra que es posible establecer una política específica para la
ciudad –concluye Giberti–. Por eso se hace imprescindible repetirla y
sostenerla como metodología a adoptar en procesos comunitarios, profesionales e
institucionales de la Ciudad.”
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